¿Conoces los tipos de grava para construcción?
Deberías, ya que son elementos básicos en este sector. Si necesitas más información, sigue adelante.
¿Qué es la grava?
La grava es un agregado grueso que compone al hormigón. Es decir, que tiene que ser de calidad para poder contar con un concreto compacto y resistente que logre los objetivos.
La calidad de la grava es básica, ya que participa en la preparación de la estructura de hormigón. Pero, ¿cómo sabes si es realmente buena? Lo puedes comprobar estudiando su dureza, su resistencia y su limpieza. No debe incluir polvo ni materiales extraños. Todos ellos se eliminan por medio de un proceso específico siempre que sea necesario.
La grava se forma a raíz de la fragmentación natural de las rocas que existen en la corteza terrestre. Actualmente, empresas como la nuestra la fabricamos artificialmente por medio de procesos de triturado.
A través del proceso del triturado de la roca se obtiene un material básico para la construcción, pero también se usa para decorar o para el relleno. De hecho, es tan útil que incluso se utiliza para rellenar muros y otros materiales.
¿Qué tipos de grava para construcción comprar?
Según tu necesidad, tendrás que comprar un tipo de grava para construcción u otro. Anota sus usos:
◾ Grava fina: suele tener un grosor entre 6 y 8 milímetros. En este caso su finalidad habitual suele ser el relleno de adoquines y aceras.
◾ Grava media: con un grosor entre 8 y 12 milímetros, es más resistente que la anterior, por lo que se usa básicamente rellenando drenajes, suelos y similares.
◾ Grava gruesa: evidentemente, es la más resistente. Presenta un grosor bastante variado, yendo desde los 12 hasta los 35 milímetros. En este caso se usa para cimentaciones de todo tipo de construcciones, desde edificios hasta pozos, pasando por drenajes, cunetas, pistas aéreas, piscinas, etc.